miércoles, 24 de septiembre de 2025

La Biblioteca José Canelo


 

La Biblioteca Municipal José Canelo de Malpartida de Plasencia

(De los orígenes a 1987)

                                               

La Biblioteca Municipal José Canelo de Malpartida de Plasencia es, sin duda, un elemento patrimonial de gran relevancia para el pueblo chinato. Ubicada en la parte norte de la Casa de la Cultura Maestra Josefa Canales, ocupa un amplio espacio de la segunda planta, complementado con otras dependencias del edificio. Abierta diariamente en horario de tarde, dispone de una amplia sala de lectura, incluido un espacio infantil; alberga abundantes fondos bibliográficos, y mantiene un más que notable trasiego de lectores. Además, lleva funcionando en la actual ubicación desde el año 1987, pero sus orígenes son más lejanos en el tiempo, y tuvo otros emplazamientos. Nació tres décadas antes tras una intrincada gestación en lo referido al inmueble donde se instaló: la casa del pintor emigrado a Hispanoamérica José Canelo Serrano, sita en la intersección de la entonces calle Oro (hoy, Expo 92) con la calle Naranjillo.

                                                   José Canelo en su estudio de Buenos Aires, h. 1950

 

El pintor autodidacto José Canelo, personaje singular, intrépido y aventurero, hubo de abandonar el pueblo buscando horizontes más propicios. A principios del siglo XX, dejó atrás casa y esposa, y con ligero hatillo emprendió su peculiar conquista americana. “Optimista, simpático, bohemio y jacarandoso”, en apreciación de su sobrino Manuel García Díaz (don Manolo), se aventuraba a cruzar el proceloso océano para hacer las Américas y al mismo tiempo hacerse alguien. Y, allende los mares, recaló en Cuba, primero, y, tras fugaz tránsito por Nueva York y Centroamérica, echó raíces nuevas en la capital de Argentina, donde, con la savia de acá y viudo en la distancia, contraería segundas nupcias con la también emigrada de Malpartida de Plasencia, Eulalia Muñoz, con la que tuvo tres hijos: Buenos Aires, José Rosedal y Francisco.

José Canelo mantuvo un interesante (e interesado) intercambio epistolar con algunos amigos y familiares, donde, a mediados de los cincuenta, alcanza gran protagonismo el empeño de liberar del inquilino la casa mencionada. En principio, su deseo era venderla, pero se interpuso la actitud intransigente del ocupante, José Serrano García (Pepe “Cloti”, como lo llamaban los vecinos por estar casado con la maestra Clotilde Mateos del Caño, doña “Cloti” para el vulgo), el cual pretendía quedársela a la baja. El pintor recurrió a su amigo Justo Vivas Recio, a quien involucró en las enrevesadas gestiones llevadas a cabo con el renuente José Serrano. Con todo, aquella engorrosa situación se solventaría el mismo año del fallecimiento de José Canelo, quien, a principios de 1957, ofrecía donar el inmueble al Ayuntamiento para la creación de un centro cultural (biblioteca-museo) en beneficio, principalmente, de la formación de los niños de su pueblo.

La Corporación municipal de Malpartida de Plasencia había aceptado del pintor chinato residente en Buenos Aires aquel ofrecimiento en “beneficio de los niños y las niñas de la población orientado a la cultura” (sic), según había manifestado por carta en febrero. El 21 de mayo, el alcalde, Francisco Rodríguez Barrado, presentó al pleno la escritura en la que se formalizaba la donación efectuada por José Canelo Serrano de la casa sita en la calle Queipo de Llano, 8. Por unanimidad, se aceptó el inmueble para Biblioteca Museo y se declaró “finca urbana de utilidad pública”. No obstante, enseguida surgieron algunos intentos para impedir dicha operación. Así, la reclamación de familiares de Alfonso Morán y Emilia Lacalle, compadres del artista, con quienes José Canelo tenía contraída deuda de sus años en Cuba, y ante los cuales el pintor, caso de no saldarla con dinero, habría respondido (en 1940) otorgándoles la casa de Malpartida de Plasencia mediante poder notarial. Más delante, y en más de una ocasión, también reclamaría la propiedad de la casa Claudia Díaz González, hija de Telesforo Díaz Maroto y sobrina de María González Silva, primera esposa de José Canelo. 

                       Inauguración de la Biblioteca José Canelo, a. 1959 (Archivo Municipal MPL)

Tanto en 1957 como en 1959 (cuando ya la biblioteca estaba creada), el Ayuntamiento, basándose en la voluntad expresada por el único propietario de la casa en documentos oficiales y en el poder notarial de donación del pintor al pueblo de Malpartida, desestimó las aspiraciones hereditarias de Claudia Díaz. A mediados de 1960, el vecino Pelayo Lacalle reclamaría al Ayuntamiento la cantidad de 5000 pesetas, en concepto de pagos por contribuciones efectuados, años atrás, por la casa. Basaba la petición en que su hermano político, el citado más arriba Alfonso Morán García, había prestado algún dinero a José Canelo en Cuba hacía mucho tiempo; y aportaba una carta del artista (6-10-1938) al médico Nazario Muñoz Manzano, en la cual se recogía esta circunstancia, y una copia del documento donde Alfonso Morán apoderaba a su cuñado para efectuar la reclamación. Sin embargo, la Corporación no se consideraba obligada a pagos de ninguna clase y, en el mes de julio, dictaminaba no indemnizar ninguna cantidad al señor Lacalle, pues las cuentas que hubieran podido existir entre José Canelo y Alfonso Morán en las lejanas tierras de los indianos no afectaban al Ayuntamiento.

Decía en líneas anteriores que las gestiones descritas ocurrieron el mismo año del fallecimiento del benefactor José Canelo, ocurrido el 12 de septiembre de 1957, según informaría a la Corporación, por carta de 26 de octubre desde Buenos Aires, el hijo del pintor, Francisco Alfonso Canelo Muñoz. Al expresar a la familia el sentimiento de condolencia de la corporación, se recordó y reiteró el “acuerdo reciente” del Ayuntamiento para dar el nombre de José Canelo a una calle y al Coto Escolar.

En marzo de 1958, fue aprobado el Reglamento que debería regir la biblioteca, elaborado por la Comisión de Educación y Cultura. Sin embargo, hasta diciembre no se sacaría el concurso para cubrir el cargo de bibliotecario. Solicitaron el puesto cuatro aspirantes: Valentín Mirón Sánchez, Bautista Fernández García (farmacéutico en el pueblo), Julio Canabal Gallego (administrador local de Correos y Telégrafos) y Francisco Sánchez Borja (maestro nacional en la localidad).  Tras las deliberaciones y análisis de los documentos y títulos aportados por los concursantes, fue nombrado, por mayoría, para el cargo de bibliotecario Julio Canabal Gallego. Fungía entonces de alcalde Valentín Paredes Mirón. Cuando se preparaban los actos de las inauguraciones periódicas que tenían lugar, generalmente, con motivo del 18 de julio, presididos por el gobernador civil de la provincia, los documentos de la alcaldía recogen cómo, antes de la visita del mandatario,  debería estar amueblada la biblioteca, así como aumentados sus fondos con dos mil volúmenes por el Centro Coordinador de Bibliotecas de la provincia de Cáceres, dirigido entonces por el catedrático de lengua y literatura Víctor Gerardo García Camino. Debidamente instalada y con amplio catálogo de obras, se habían invertido en la Biblioteca y Museo José Canelo 235.000 pesetas.

                                             


                                                                             Sede de la biblioteca José Canelo hasta 1977

 

En la primera ubicación de la calle Queipo de Llano y en el inmueble donado por José Canelo, la biblioteca municipal estuvo funcionando casi dos décadas hasta la jubilación del primer bibliotecario, Julio Canabal, durante 19 años. En 1977, el inmueble resultaba insuficiente de espacio, y se trasladó la biblioteca al edificio de las antiguas escuelas (según proyecto y presupuesto de Telesforo Díaz Maroto en 1910, y construcción de Faustino Martín), sede que fue también del Juzgado de Paz y de la centralita de teléfonos, y en el que actualmente, en edificio reformado y modernizado en obras sucesivas de adaptaciones y mejoras, funciona el consultorio médico. Por enfermedad de Julio Canabal, se hizo cargo de la biblioteca una de sus hijas, la cual, a finales del verano de 1979 renunció al puesto, por lo que la institución quedó cerrada al público durante varios meses. Tras unas pruebas para cubrir esa vacante, en junio de 1980 fue nombrado encargado de la biblioteca el maestro Juan Fernández Vivas, quien durante algo más de un lustro llevó con acierto y buen pulso los destinos de la biblioteca municipal, tanto en la provisión, catalogación y actualización de fondos, como en la atención al público lector.

En marzo de 1985, cesó Juan Fernández y tomó posesión Margarita Pereira García como Encargada de la Biblioteca Municipal José Canelo, quien recibía de su antecesor 7.424 volúmenes, 154 lectores, ficheros y registros perfectamente ordenados, a más de estadísticas, cuadernos de contabilidad, justificantes, etc. Es decir, una organización encomiable, debida al buen hacer de una persona laboriosa, comprometida y eficaz como lo era el maestro Juan Fernández Vivas, recientemente fallecido. Por esas fechas, siendo alcalde Francisco Tomé Mateos, se habían iniciado ya actuaciones que habrían de influir positivamente en los destinos de la biblioteca municipal. Así, a finales de 1986 estaban terminadas las obras de la Casa de la Cultura, que sería inaugurada en marzo de 1987, y al flamante inmueble, ese mismo año, se trasladó para quedarse definitivamente la Biblioteca José Canelo. La nueva andadura, que ya sobrepasa las tres décadas, una vez que Margarita Pereira ocupó la plaza de responsable de la Casa de la Cultura, pasó unos años de provisionalidad en que se sucedieron varias personas como encargadas de la biblioteca. Desde 2008, la titular de la plaza es Marta García Martín.

 

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