jueves, 18 de enero de 2024

Chinatos destacados: TELESFORO DÍAZ MAROTO

 TELESFORO DÍAZ MAROTO (1842-1919), I*

Telesforo Díaz Maroto es una de esas personas destacadas que, habiendo alcanzado en su tiempo el reconocimiento del pueblo chinato, es en la actualidad un desconocido para la mayoría de los vecinos de Malpartida de Plasencia. Sin embargo,  en el acta de la sesión extraordinaria de pleno de la Corporación del día 25 de octubre de 1926, (siete años después de su muerte), se acordó “Que, interpretando los deseos de este vecindario, siempre agradecido a la íntegra, constante y enérgica actuación social y administrativa en favor de este pueblo, que desarrolló el difunto D. Telesforo Díaz Maroto, se dé el nombre de dicho señor a la calle de Mendizábal de este pueblo, colocando en ella alto la inscripción de lápida de mármol […].” Por cierto, al igual que ha sucedido en otros casos (los de Abelardo Martín Chamorro y José Canelo son llamativos), desde hace años se ignora el paradero de ese mármol honorífico, y la calle Díaz Maroto pasó a llamarse Capitán Cortés después de la Guerra Civil y ahora se denomina Escuelas.

                           

Telesforo Díaz Maroto,  con barba,  junto al hijo mayor y dos de sus nietos. (Foto  cedida por Cristina Díaz Vaillagou )

Antes de indagar en los archivos municipales y en otras fuentes, al cronista le habían llegado un par de informaciones escritas acerca de nuestro personajeLa primera es un manifiesto de Justo Vivas Recio, impreso en hoja suelta, titulado “Queridos paisanos”, con fecha 1 de mayo de 1927.  El escrito trata del homenaje tributado entonces al eximio maestro Abelardo Martín Chamorro, pero también honra con sus palabras la memoria de Telesforo Díaz Maroto, “otro hombre de virtud y honradez, que sin ser hijo del pueblo trabajó para engrandecerle”, leemos. Vivas Recio se refiere, asimismo, a la lápida colocada en uno de los edificios construidos por el contratista fomentando la vivienda, “tan escasa en todas partes”, y menciona, además, dos importantes obras suyas en el pueblo: la fábrica de harinas y la central eléctrica, “de incalculables beneficios para la localidad”.

Por otra parte, un folio manuscrito, anónimo y sin fecha, guardado en el Archivo Carlos Manzano Canelo/Colectivo Cultural Chinato, proporciona valiosa información acerca de Telesforo Díaz Maroto. Aunque escrito, este texto, laudatorio, es en realidad un excelente testimonio de la memoria oral y debió de escribirse hacia 1950, según se deduce de ciertas referencias incluidas en él (la calle Díaz Maroto ya había sido cambiada a Capitán Cortés; estaba construido el nuevo cuartel de la Guardia Civil, el de 1946, luego demolido en 2021). El desconocido autor transmite datos coincidentes con los de Justo Vivas (Maroto era forastero, contratista, construyó casas, algunas dedicadas a cuartel, la fábrica de harinas), pero añade algunas pinceladas interesantes: venía por los pueblos vendiendo lienzos y otros artículos, casó con mujer de Malpartida y desde entonces se hizo chinato, le nombraron alcalde dos veces; por ello, dieron su nombre a la calle de las casas construidas “donde antes solo había huertos”. Y nos deja una coplilla que, intuimos, debían de cantarle algunos vecinos, quizás en los carnavales y en las ferias, cuando el regidor se pusiera riguroso con los vendedores ambulantes en la aplicación de las ordenanzas municipales:

 

Señor alcalde mayor,

no detenga a los lienceros,

que usted también ha vendido

lienzo, ligas y fajeros.

 

Conocidos hace años, los testimonios apuntados han movido ahora al cronista a completar y perfilar la figura de Telesforo Díaz Maroto rescatándola del olvido, tarea ya emprendida en conferencia sobre la memoria histórica, dictada en la vecina ciudad de Plasencia en la primavera de 2023 y adaptada para trabajo de investigación publicable en libro impreso, cuya síntesis de contenido se divulga ahora en este artículo y su continuación.

Los inicios

Debió de ser hacia 1865 cuando el joven vendedor ambulante Telesforo Díaz Maroto, oriundo de tierras manchegas, tuviera los primeros contactos con el pueblo de Malpartida de Plasencia, uno más de los que en sus años mozos recorría vendiendo lienzos, paños y otras mercancías. Había nacido en un lugar de la Mancha llamado Puebla o Villa de don Fadrique, provincia de Toledo, el 5 de enero de 1842. En una de sus visitas, conocería a la moza Sandalia Manuela González Silva, con quien contrajo matrimonio el 17 de octubre de 1869, en la iglesia del pueblo. Enseguida les irían llegando los hijos (5), de los cuales sobrevivieron tres: Luis, Claudia y Guillermo; (murieron al poco tiempo de nacer dos niñas: Emilia Agripina y Guadalupe Adelaida María).

Aunque en septiembre de 1880 le fue concedida la vecindad en el pueblo y, en consecuencia, fue incluido en el padrón por cumplir el requisito de haber residido más de seis meses en él, y a pesar de que también al año siguiente se había construido vivienda propia en 1881 en el barrio de la Solana, los hechos nos sitúan a Telesforo Díaz Maroto fuera de Malpartida en largas temporadas durante las décadas de los años setenta y ochenta del ochocientos. Ello se debió a los trabajos relacionados con la construcción (cantero, maestro de obras, contratista) por la zona de Béjar, en Baños de Montemayor, en tierras portuguesas…, sin que falten en ese periodo actividades y gestiones importantes en Malpartida. Con todo, en los treinta últimos años de su vida se consolida la residencia continuada en el pueblo, la realización de obras importantes, la gestión pública y el crecimiento de un entramado familiar plenamente chinato. En este sentido, los tres hijos del matrimonio (Luis, Claudia y Guillermo) formaron sus propias familias en el lugar, de cuyas ramas aún perviven descendientes.

No cabe duda de que la presencia continuada en el pueblo y la participación activa en la vida pública, en los asuntos sociales, económicos, culturales y, sobre todo, en el desarrollo urbanístico, lo convirtieron en un referente para los convecinos. “Prohombre”, “benefactor”, “virtuoso”, “honrado” …, Telesforo Díaz debió de estar adornado de buenas cualidades para el trato personal y la fácil integración social, es decir, poseía el don de gentes. La sociabilidad y el buen hacer como maestro albañil o contratista de obras y como gestor público (concejal, juez de paz, alcalde), cimentarían su prestigio y su buena fama entre los lugareños, ya que desde el principio se implicó en los asuntos de la comunidad. Como miembro pleno de esta, la cultura y la instrucción de sus paisanos, unidas a las actividades profesionales en el municipio (creación de viviendas, realización de obras públicas) fueron sus grandes inquietudes.

                                     

En marzo de 1881, le fue concedido por el Ayuntamiento el arriendo de un local, (construido, en principio, para escuelas) con el fin de crear un teatro y centro de recreo, a la vez que serviría “para la educación e instrucción de los socios y del vecindario”. No parece aventurado considerar esta iniciativa como el antecedente inmediato del Círculo Chinato, fundado en 1927, unos años después de su muerte. Muy pronto lo encontramos colaborando con el Ayuntamiento en diversos asuntos y llevando a cabo obras públicas e iniciativas de representación vecinal. Así, con Donato Pereira de alcalde, Maroto construyó un lavadero y un abrevadero en el Pozón del Ejido Grande. Y a primeros de junio de 1882, próxima a celebrarse la primera feria de ganados, que había sido creada en el mes de abril inmediato anterior, la Corporación encargó entonces a “don Telesforo Maroto” (sic) alquilar en Talavera de la Reina las bombas con que sacar agua del Pozón para el ganado del rodeo. En el mes de octubre de ese mismo año, junto al también contratista Dionisio Vivas, presentaba un escrito a la Corporación (“al señor presidente y demás individuos del ayuntamiento de Malpartida de Plasencia”) en el que señalaban las importantes carencias de espacio y salubridad de la escuela de párvulos, y pedían se tomaran medidas urgentes para subsanarlas.

Demediada la década de los ochenta, el contratista Díaz Maroto edificó la estación de ferrocarril de Leiria (Portugal), y debido a ello la familia Maroto residió en Figueira da Foz el tiempo de duración de aquella obra.   La estación se integraba en el tramo de la línea férrea del Oeste entre Torres Vedras y Leiria, que fue inaugurado en agosto de 1887. El trazado del ferrocarril continuaría hasta Figueira da Foz, donde se daba por concluida la línea del Oeste un año después. También a principios de los 90 encontramos a nuestro hombre, contratista y masón, en las obras de la vía férrea Alcoy-Gandía. Pero fueron estos unos tiempos en los que Telesforo Díaz Maroto ancló la vida definitivamente en el que ya era su pueblo hacía bastantes años.

Abordaremos la etapa de consolidación personal e institucional, en la que sobresalen importantes obras tanto públicas como privadas; la pertenencia a la masonería y el talante librepensador; la gestión como alcalde en dos mandatos (1895-1897 y 1912-1013), y otros aspectos de la andadura vital de Maroto en la otra entrada del blog. 

                               (*) Texto publicado en Aires Chinatos, 3ª Etapa, Octubre-Diciembre 2023, Número 59. Malpartida de Plasencia (Cáceres)            


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