viernes, 2 de octubre de 2020

CRÓNICA 2019

 

    La Crónica de Malpartida de Plasencia referida al año 2019 estaba ya escrita y registrada en el Ayuntamiento desde hace unos meses. También había sido publicada en blogs y redes, formato PDF,  para que accedieran a su contenido quienes así lo desearan. En los primeros días de septiembre ha llegado de la imprenta el documento en formato libro. Se mantiene la cubierta de la edición digital (reproducción de un bellísimo cuadro de nuestro gran amigo y artista VICENTE MANZANO GARCÍA, que se nos fue el pasado mes de abril) y también la contracubierta (fotografía de la puerta del antiguo molino de cereales de la Vega de Grilleros). Asimismo, permanecen las fotografías interiores. El texto, sin sufrir alteraciones sustanciales, ha sido mejorado en la fase de "corrección de pruebas" con pequeñas  modificaciones. El resultado final, es decir, la crónica en forma de libro, es más que satisfactorio. 

ENLACE DE VISIONADO Y DESCARGA

lunes, 22 de junio de 2020

A mi amigo Vicente...


Vicente Manzano García, amigo (1947-2020)  

Su corazón repose
bajo una encina casta,
en tierra de tomillos,
donde juegan 
mariposas doradas…

(A. Machado)
    

    Vicente Manzano García era un chinato en cuerpo y alma: sentía auténtica pasión por su pueblo, al que se ha mantenido apegado casi toda la vida y al que ha conferido presencia destacada en la producción de sus ceras y pinceles. Artista singular, buen ciudadano, hombre bueno, discreto y sencillo; una persona, en fin, que ha convivido y transitado entre nosotros sin estridencias, casi sin ser notado y, sin embargo, manteniendo relaciones e intercambios cordiales sobre ideas, vivencias, actividades , etc. Ha estado, pues, en contacto con las gentes chinatas y con otras de fuera, interesándose por los más variados asuntos: a él nihil humanum alienum erat. Prueba de ello, a modo de ejemplo relevante, son los lazos contraídos con médicos, practicantes, auxiliares, celadores, personal de ambulancias y otros trabajadores de clínicas y hospitales, durante el largo periplo por centros sanitarios y las prolongadas sesiones de diálisis hasta el trasplante renal que, a más de mejorarle la calidad de vida, le insufló renovados bríos para la actividad creadora. Vicente vivía la amistad sin aspavientos ni exageradas altisonancias, sino que, muy al contrario, la acrisolaba con exquisita sensibilidad y finura. Era mi amigo. El amigo por antonomasia. El hermano espiritual de mi vida hasta su reciente fallecimiento, y cuya amistad seguirá alentándome hasta el final de mis días.
   Vicente se nos ha ido en un tiempo atípico (si es que la muerte pudiera tener alguna circunstancia temporal típica), en días anegados de vacío. Un discurrir donde los desgarrones de la muerte de los seres queridos se han visto multiplicados por los efectos colaterales de la pandemia, que nos han impedido la despedida habitual: las exequias, el acompañamiento en su retorno a la tierra, el duelo compartido, el abrazo solidario a la familia. En esta ocasión, sin embargo, el morir se ha ceñido a la idiosincrasia del finado: de haber tenido la facultad de hacerlo, él hubiera suscrito y dispuesto un mutis tal cual ha ocurrido en realidad: silencioso, discreto, casi anónimo. En su casa y en su cama, unidas las manos en el momento del tránsito a las de sus queridas hermanas. Por su parte, la primavera, la hermosa estación en la que vino al mundo hace varias décadas, le ha acompañado también a las puertas del último viaje. El mes de su nacencia, abril, lleno de flores amarillas y de luminosidad, ha ornado de luz y de belleza el inicio de su caminar por la senda de los inmortales. Perfecto círculo de un fluir vital sellado por la indisoluble unión de la cuna y la sepultura, inherente a toda humana condición.
    De la personalidad artística de Vicente Manzano, tengo escritas algunas páginas llenas de admiración, reconocimiento y orgullo; con todo, remito a la autoridad de los especialistas en la materia, a los críticos de arte y a otros pintores, cuyas voces autorizadas han corroborado la incuestionable y elevada dimensión estética de su obra pictórica. A bordo él de la nave que nunca ha de tornar, nos salen del alma vivencias cotidianas y sentimientos sencillos; así, me acojo ahora al refugio emocional y melancólico de la evocación del amigo, al recuerdo nostálgico de momentos compartidos desde los ya lejanos años de la escuela y la adolescencia hasta hace tres meses, cuando las puertas de su casa, siempre abiertas, dejaron de estarlo como en todos los hogares, por prescripción gubernativa, y nos vimos por última vez. Ambos nos integramos, a finales de los años cincuenta, en una pandilla de amigas y amigos que, a pesar de la dispersión geográfica de gran parte de sus componentes, ha pervivido hasta la actualidad. De aquellas veinte figuras de las fotografías en grupo, Vicente, uno de los más pequeños en edad, ha sido el primero en dejarnos. Muy pronto afloraron sus aptitudes en el manejo del lápiz, los colores y la plumilla para el dibujo, la caricatura u otras realizaciones. Desde el principio, asimilamos el ensimismamiento del amigo que nos precedía o se retrasaba unos pasos cuando paseábamos los domingos, pongo por caso, por la carretera de la Comarcal y del Parque, sumido en el despiste introvertido de los genios y afanándose en unos peculiares canutillos de papel que enrrollaba y desenrrollaba constantemente con gran pericia entre los dedos. Todos le admirábamos y todos deseábamos que “nos pintara” Vicente.


        V. Manzano en el estudio (Fotografía de Mario Fdez Manzano)
   
    La alegre sorpresa de ver colmada tal aspiración me llegó cuando, en unas vacaciones de verano (creo que ya por entonces él había concluido los estudios en la Escuela de Bellas Artes San Fernando, en tanto que yo iniciaba los universitarios salmantinos) decidió, motu proprio, retratarme al óleo, sobre tabla de cartón piedra, en el estudio-taller de la calle Juego de las Caras. Después pintaría en dependencias del antiguo juzgado de paz, antes las escuelas viejas, luego centralita telefónica, hoy consultorio médico, y también en el instituto o C.L.A, hasta asentarse definitivamente en ese espacio mágico de su áleph particular; es decir, en el centro mismo del universo existencial al que estaba predestinado como persona y como artista: la riba (el sobrado casi buhardilla de la casa paterna, frente a la fachada sur de la iglesia, monumental icono en piedra omnipresente en el imaginario creador del amigo querido). Habitáculo al que se accedía por una corta y empinada escalera de madera, cuyo último escalón serviría durante años de atalaya a un lustroso gato, fiel vigilante del quehacer silencioso de su amo. Volviendo a mi retrato, me confesaba Vicente que le había motivado a ello la atracción por los pronunciados rasgos de mi cara, a los que se sumaba un bronceado estival de campo, el añil de los ojos y el amarillo intenso de un niqui de verano. Se demoraba la finalización de la obra, pues él me “veía algo raro” (comparando el modelo con la pintura), y ante mi urgencia por hacerme con el retrato, rompíamos a reír cuando caía en la cuenta de que en las sesiones del principio yo posaba con barba y, demediada la realización del trabajo, me la había afeitado. Más de medio siglo lleva el óleo en casa como una de las contadas pertenencias que tengo en alta estima.
    Sería interminable la relación de momentos y vivencias compartidos con el amigo que se me ha ido tan callando. Entre ellos, me viene a la memoria el opíparo banquete (huevos fritos, de campo, con tomate, y postre de leche de cabra reciente y calentita) con que nos agasajó mi tía Segunda, la Pincha, en el chozo de majada donde moraban ella, tío Juan y mis cuatro primas en la dehesa de Valdelacasa, donde pastaban sus cabras. Retornábamos de una visita fallida al palacio de El Haza de la Concepción en las vacaciones navideñas, y muchos años después lo referiría Vicente en más de una ocasión, como si lo reviviera y paladeara de nuevo con idéntica fruición a la de aquel mediodía bucólico y hospitalario. Cómo no recordar su pasión por las tencas y los elogios a su madre, tía María, que les daba un punto de fritura inigualable; o las tortillas de espárragos pijoteros, los del exquisito sabor amargo, otro de sus platos favoritos, que les surtía Casto, el carnicero. Y así hasta un buen número de placeres elementales muy adecuados a su austera forma de ser; quedan en el fondo del corazón para seguir evocándolos como testimonio de un tiempo de amistad compartido y expresión de nostalgia y melancolía por su ausencia.
 Quiero concluir con breve referencia a algunos asuntos recurrentes en nuestras conversaciones, como la devoción hacia Antonio Machado, García Lorca, Miguel Hernández, León Felipe, José Agustín Goytisolo, Gabriel Celaya, Blas de Otero…, de quienes citábamos versos y hasta poemas enteros. Y los cantautores: Paco Ibáñez, Serrat, Aute, Luis Pastor, Raimon, Labordeta… Y el ambiente del Madrid de los artistas, los museos, la vida bohemia, la ebullición de los colegios mayores, las manifestaciones, las cargas de los grises, los sindicalistas auténticosY sus maestros en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando. Y sus pintores preferidos. Y el cine y el teatro. Y mi insistencia en que se marchara una temporada a París. Y su benevolencia y crítica favorable hacia mis escritos cuando se los anticipaba antes de ser publicados. Y el ser considerado en su casa como uno más de la familia... Todo lo apuntado en estas líneas y mucho más me ha unido a Vicente Manzano: es parte fundamental del bagaje de una amistad inquebrantable en la que nunca existieron condiciones.


DIONISIO CLEMENTE FERNÁNDEZ

Si hace un par de meses se nos iba VICENTE MANZANO GARCÍA, gran artista y amigo del alma, a principios de junio ha fallecido DIONISIO CLEMENTE FERNÁNDEZ, también amigo, y sobre todo, unido  a Vicente por una gran amistad. Un artista y un sabio investigador. A ambos los echaremos de menos y los recordaremos, tanto por sus cualidades personales como por la valiosa obra de cada uno de ellos: la de V. Manzano, para el arte; la de D. Clemente, para la investigación histórica.

(Incluye el cronista aquí el Obituario que, como presidente del Colectivo Cultural Chinato, aparecerá en la publicación local Aires Chinatos).
                                                                  
Obituario

Dionisio Clemente Fernández (1948-2020)
(Una vida entregada a la docencia y a la investigación)

El pasado 10 de junio falleció nuestro paisano y amigo Dionisio Clemente Fernández, en Sevilla, ciudad donde residía y donde había ejercido la docencia hasta su jubilación en 2008. Nacido en Malpartida de Plasencia en 1948, hijo de Juana y Cecilio (el Sastre), cursó la enseñanza primaria en el Colegio Público Fray Alonso Fernández (por aquellos años, las Escuelas Graduadas), etapa en la que ya destacó por su aplicación e inteligencia, cualidades que no le abandonarían nunca. Estudió el Bachillerato Elemental en el colegio de los Padres Agustinos Recoletos de San Sebastián. En Cáceres cursó la carrera de Magisterio, estudios que simultaneó con los de Oficialía y Maestría Industrial. Se licenció en Filosofía y Letras (Sección Historia) por la Universidad de Salamanca. Afincado ya en Sevilla como profesor, la insaciable afición por el estudio y por el saber le llevó a licenciarse en Derecho en la Universidad hispalense; allí también asistió a clases y cursos de Filología Hispánica, en cuya facultad colaboró con el Departamento de Dialectología impartiendo clases acerca del dialecto chinato. Casado con Ana María Litrán García, maestra también, del matrimonio nacieron dos hijos. Las capacidades intelectuales y la tenacidad en el trabajo se pusieron muy pronto al servicio de la investigación, tarea que compatibilizó sin problemas con las obligaciones docentes de maestro. En el rastreo del ayer con el fin de comprender mejor el presente, ha llevado a cabo una labor exhaustiva y rigurosa centrada en la tierra extremeña y, sobre todo, en Malpartida de Plasencia, su pueblo natal, de tal manera que podemos afirmar con rotundidad que Dionisio Clemente Fernández es el historiador chinato, el investigador y trabajador intelectual que mayor caudal de conocimientos ha acumulado y transmitido acerca de la localidad donde vino al mundo, y a la que ha dedicado mucho tiempo de su vida. Escasos deben ser los archivos, los centros de documentación, las bibliotecas, las fuentes bibliográficas y otros lugares depositarios de testimonios concernientes a Malpartida, que no hayan sido visitados por Dionisio para la consulta y acopio de datos acerca de la historia y la idiosincrasia de los chinatos. Varias obras dan testimonio de su labor investigadora: Malpartida de Plasencia. Notas para un estudio (1985); “Malpartida en el descubrimiento de América “ y Toponimia de Malpartida”, en Raíces chinatas (1985); Ortografía del chinato (1996); “Artistas de Malpartida”, en Artistas chinatos (1997) “Estudio preliminar”, (ed. facsimilar de la prínceps de 1627) para Historia y anales de la ciudad y obispado de Plasencia (2006), obra de Fray Alonso Fernández, y La parroquia de San Juan Bautista de Malpartida de Plasencia (2020). Debe añadirse la colaboración casi ininterrumpida desde hace muchos años en el periódico local Aires Chinatos, donde han visto la luz incontables artículos relacionados con la patria chica. Consciente de que ni la biografía ni los méritos de Dionisio Clemente Fernández caben en estas líneas de urgencia, queremos expresar, junto a la síntesis, la convicción de que su muerte significa una gran pérdida, tanto para su familia, a la que reiteramos nuestra condolencia, como para el pueblo de Malpartida de Plasencia. La grandeza de una comunidad debe mucho al trabajo callado, constante, minucioso y lleno de amor hacia ella de personas como el amigo y paisano Dionisio. Descanse en paz.




viernes, 24 de abril de 2020

VICENTE MANZANO GARCÍA


In memoriam
VICENTE MANZANO GARCÍA


Malpartida de Plasencia vive momentos de luto colectivo con la muerte de un artista singular, Vicente Manzano García. Hace escasamente dos horas, en la casa familiar, junto a la mole inmensa de la iglesia, motivo de tantas pinturas suyas, se nos ha ido callado y discreto, como siempre fue, dejándonos el dolor enorme de la ausencia. Nos separan solo unos cientos de metros de donde aún su cuerpo está caliente, pero no podemos acompañar a su familia ni velar al hermano del alma, al amigo entrañable, al artista y al chinato que a lo largo de su existencia se había convertido en una imagen inconfundible, unida ya para siempre al paisaje físico y espiritual de la comunidad chinata. Vicente, en alma y cuerpo, era un ejemplo de simbiosis existencial, telúrica, intencionada e irrenunciable, entre la persona y lo más profundo del terruño. Entrañable, humilde, callado y afable; inconformista y rebelde siempre; observador atento e inquieto. Generoso, como demostró en muchas ocasiones, en los últimos tiempos donó parte de su obra al pueblo chinato a través del Ayuntamiento. Él no podrá recibir ya en vida el homenaje y la imposición de su nombre a un edificio institucional dedicado a las artes, cuya inauguración estaba prevista para esta primavera. La urgencia de estas líneas y el dolor en que nos sume la muerte de Vicente, cuya amistad hemos mantenido viva y sin fisuras desde la escuela y la adolescencia, nos imposibilitan poder escribir en estos momentos el merecido homenaje de reconocimiento que se merece y la síntesis biográfica de Vicente Manzano García, así como la incuestionable calidad artística y la originalidad de su pintura, que pervivirá para siempre. Las circunstancias, que nos obligan a despedirle de una manera tan desacostumbrada e inhumana, hacen posible, en cambio, la forma deseada por él para emprender el viaje definitivo: en silencio y en la intimidad familiar más estricta. En nombre del Colectivo Cultural Chinato, del que formaba parte activa, lamentamos tan irreparable pérdida y expresamos nuestra condolencia a la familia. Descanse en paz.
(FLORENTINO RODRÍGUEZ OLIVA. Presidente del Colectivo Cultural Chinato y Cronista oficial de Malpartida de Plasencia) (El texto se publicó en las redes como clip de audio el miércoles 8 de abril, día del óbito de VMG).
https://www.facebook.com/floroliva47



martes, 17 de marzo de 2020

MUJERES POETAS Y MUJERES CENTENARIAS




Con motivo del Día Internacional de la Mujer, el Colectivo Cultural Chinato, en colaboración con las instituciones, ha organizado dos actividades en las que el mayor protagonismo ha correspondido a las mujeres. Así, el sábado día 7 de marzo, en el salón de actos de la Casa de la Cultura Maestra Josefa Canales, mujeres y hombres de dicha asociación prestaron las voces a un buen número de escritoras, poetas en lengua española de los siglos XX-XXI. Una sencilla, cuidada y elegante decoración; ligeros movimientos corporales; un acertado apoyo musical, y el hermoso canto de Beatriz Serrano, dieron realce a las lecturas de los poemas. Todo ello mereció el prolongado aplauso final de un público numeroso, que disfrutó con el ritmo, las sugerencias y la emoción de la palabra poética. El domingo día 8, el citado grupo participó en las actividades del Ayuntamiento y del pueblo en la Plaza Mayor, delante del consistorio. Tras las intervenciones del señor alcalde, la concejala de igualdad y la representante de las amas de casa, el presidente del Colectivo presentó y abrió camino a la IV Senda de las Mujeres, dedicada este año a las chinatas centenarias. Una nutrida comitiva de gentes del pueblo, asistentes a la lectura de los manifiestos en pro de los derechos de las mujeres, participó en el entrañable recorrido por varias calles de Malpartida. Con paradas ante las casas donde residieron las centenarias homenajeadas (una de las cuales vive todavía), mujeres de la asociación organizadora leyeron breves notas biográficas de Segunda García Sánchez, Rosario González Collantes, Pastora Fernández García, Vicenta Serrano Castiñeira, Segunda Serrano Castiñeira, Segunda Muñoz Plaza, Gregoria Canelo Oliva y Filomena Vivas Tomé. El alcalde, Raúl Barrado Módenes, dio por concluidas las actividades programadas para el Día Internacional de  la Mujer agradeciendo la participación del vecindario en ellas.








lunes, 2 de marzo de 2020

CENTENARIAS (IV SENDA DE LAS MUJERES)


Este año, la Senda de las Mujeres en su cuarta edición está dedicada a homenajear a las chinatas que cumplieron cien años. Después de los actos institucionales de la Plaza Mayor el día 8 al mediodía, llevaremos a cabo el recorrido por las calles en que vivieron las recordadas y leeremos sendas notas biográficas de ellas. 


                 

viernes, 7 de febrero de 2020

INICIATIVA: CASA POPULAR CHINATA

A mediados de diciembre de 2019, este cronista presentó escrito al señor alcalde y demás miembros de la Corporación municipal de Malpartida de Plasencia en que se exponían los siguientes puntos y, en consecuencia, proponía y solicitaba lo expresado en el último párrafo:

1.- En la actualidad el pueblo carece de una vivienda representativa de la antropología y tipología del lugar en lo referido a la casa tradicional de las gentes chinatas.
2.- Dicho espacio es muy importante para conservar y difundir entre las generaciones más jóvenes y las futuras las formas populares de vida y costumbres de los antepasados en el hogar.
3.- Una casa popular de Malpartida de Plasencia será sin duda un contenido muy necesario para ofrecer a los visitantes foráneos aspectos fundamentales de la etnografía chinata.
4.- En estos momentos existen en el pueblo bastantes viviendas deshabitadas y en venta, alguna de las cuales podría utilizarse para llenar el vacío señalado.

Por ello, a V.I. y a todas las concejalas y concejales que, junto a usted, forman la Corporación municipal de Malpartida de Plasencia, el Cronista Oficial de la Villa PROPONE y SOLICITA la creación de una Casa Popular-Tradicional Chinata dentro del casco antiguo de la localidad, habilitando alguna de las viviendas existentes y en buen estado de conservación para los fines que se han apuntado en este escrito.
***

Apoyo (vídeo)

Esta iniciativa ha sido asumida por la asociación local Colectivo Cultural Chinato, que en escrito a la Corporación la apoya y, al  mismo tiempo,  promueve la recogida de firmas de todas las personas que deseen unirse a la propuesta-petición.

(Hojas de firmas como esta serán colocadas en distintos puntos del pueblo: Casa de la Cultura, Biblioteca, Hogar del Pensionista, Consultorio, etc.)

jueves, 6 de febrero de 2020

Teatro chinato en los años veinte (S. XX)


Un árbol de historias
Pasión de teatro
(Malpartida de Plasencia, años veinte)*
                                                                      
                         Florentino Rodríguez Oliva
                                                                                                         Cronista oficial

Me ocupaba hace unos años, en Aires Chinatos, de la fecunda actividad teatral de los felices años veinte en nuestro pueblo, de cuyos éxitos y aventuras daba buena noticia El Gladiador. Según las crónicas, reseñas y otros testimonios de aquellas páginas, había representaciones en todas las épocas del año, tanto de producción autóctona de aficionados como de compañías profesionales foráneas, en algunas de las cuales figuraban actrices y galanes de renombre a nivel nacional. Por lo que se refiere al elenco local, este abarcaba a pequeños y a mayores, y las funciones se llevaban a cabo los domingos y días de fiesta como Pascua de Resurrección, Ferias, Epifanía, Inmaculada, Navidad, San Blas, San Fulgencio, la Ascensión, San Pedro, Santiago, etc. Las infantiles, a cargo de escolares, solían estar comandadas por el párroco con la colaboración de alguna maestra. El escenario más frecuente era el del Salón Alegría, pero el arte de Talía pisó también las tablas del salón Moderno y las baldosas del salón parroquial para los cuadros interpretados por los niños. De aquel copioso contingente de artistas dramáticos me ocupo hoy con el fin de reunir sus nombres en estas líneas, completando así la mirada sobre el quehacer teatral chinato en el primer tercio del siglo pasado.
 “Algunas encantadoras niñas del pueblo” fueron, precisamente, las protagonistas de una muy aplaudida velada que da pie a la primera noticia teatral en El Gladiador, cuando este adalid de la información y de la cultura salió a la arena el 8 de diciembre de 1927.  El día de la Inmaculada, en el salón adosado entonces al templo, representaron varias piezas cortas, entre las que destacó “el número del Pañolón”. El periódico felicita a las promesas de actrices, a las profesoras doña Dolores Cid y señorita Ángeles Gutiérrez y al organizador del evento, don Manuel Cuesta (párroco). Idéntico éxito cosecharon el día de Navidad con varias obritas algunos jóvenes y niños, dirigidos por el cura. “Obritas, sainetes, números líricos, piececitas, dramitas, veladitas”, tales como A freír espárragos, Las antipáticas del segundo, Las hormiguitas, La hija del mar, La hechicera, El mercadero, Las dos niñas y otras más dieron gloria y aplauso a Matilde Paredes, Julia Tomé, Jacinta Díaz, Matilde y Margarita Carlos, Carmen Lozano, Margarita Muñoz, Carmen y Maruja Sánchez, Rosa Clemente, María Recio, Severiana Pereira, Ángeles Mateos, Liberta y Antonia Fernández, María Oliva, Máxima Tejeda, Asunción Mirón, Carmen Real, Leonor Martín, Segunda Serrano, Asunción Sáez, Argelia Manzano, Isabel Canelo, Asunción Martín, Marciala Pereira,  Pastora Fernández, Inés García, Luisa Tomé, Rosa Clemente. Sin duda, un abundante plantel de niñas y jovencitas, indicador del protagonismo femenino en las tablas y de la presencia de incipientes actrices en la mayoría de los hogares. Los muchachos se entreveraban en las representaciones de los mayores, y obras hubo en que trabajaron hasta tres actores de la misma familia, como ocurrió con los hermanos Manolo, Antonio y Pifi (Epifanio) Fernández Rodríguez en Marianela.
A la rica cosecha infantil, escolar y juvenil ha de añadirse, en el terreno de los adultos, una larga relación de obras, actrices y actores; todo lo cual denota una llamativa efervescencia del hecho teatral en los años anteriores a la República.  El esquema de las funciones era siempre el mismo: un drama (obra mayor) y un sainete (o juguete cómico), y las veladas proliferaron, de manera especial, en el periodo 1927-1929; o al menos así se deduce de las noticias y reseñas del periódico local.
 Sin agotar el repertorio de piezas llevadas al escenario, encontramos los siguientes dramas u “obras mayores”: El soldado de San Marcial, La vuelta del veterano, El idiota, Los sargentos, Mal año de lobos, Marianela, Malvaloca, Más fuerte que el amor. Entre las obras cortas (sainetes, juguetes cómicos) aparecen Por peteneras, Los rancheros. El asistente del coronel, Crimen misterioso, La afición, Retortijones. 
El Gladiador cubrió con gran detalle la información teatral de aquellos años haciéndose eco de los debuts exitosos de artistas noveles, de las interpretaciones brillantes, de las carencias de alguna obra y de las anécdotas. Así, la consagración del joven Vicente Manzano (“actorazo que bordó su papel a la perfección”) ocurrió en el día de la Ascensión de 1928 en el Salón Alegría, compartiendo reparto con Carmen Pereira (“superior”) y con Jeremías Martínez (“muy bien, pero abusó de la morcilla”), cuando pusieron en escena El idiota y El asistente del coronel; con ellos actuaban aquella noche Tomasa Martínez, Narcisa Mellado, Fausto Pérez, Celestino García y otros con fama de actores ya consagrados en el pueblo. Unos meses antes, el día de Reyes, Pedro Canelo, en el papel estelar del drama El soldado de san Marcial, había alcanzado tal verismo que hizo brotar lágrimas entre el público. Cómo silenciar la pericia de las actrices Tomasa Martínez, Venancia González y María García, quienes, en la función de la feria de junio (Mal año de lobos y La afición), recibieron los respectivos papeles solo un día antes de la representación, lo cual, parafraseando al clásico, supuso que “en horas veinticuatro / pasara de los papeles al teatro”. Tampoco faltaron situaciones embarazosas e hilarantes al mismo tiempo, como cuando a Eduardo Maíllo, en el papel de juez del sainete Crimen misterioso, se le cayó la perilla postiza a punto de terminar su intervención escénica. Gajes de la farándula.
En definitiva, aquellas luchadoras páginas quincenales fueron un testigo privilegiado de la inquietud del pueblo de Malpartida de Plasencia por el teatro como vehículo de cultura, diversión y aprovechamiento. Así lo reconocen los redactores cuando en enero de 1928, tras felicitar a los responsables de una brillante representación, los anima a “que sigan amenizando a la vez que instruyendo al pueblo con sus grandes veladas”.
Recogida la nómina de niñas y jovencitas, también recopilamos los nombres de muchachillos, mozas y mozos, hombres y mujeres, escritos en El Gladiador por sus aficiones interpretativas. Ellas (varias ya citadas): Tomasa Martínez, Venancia González, Asunción Sáez, Carmen Pereira, Julia Tomé, Jacinta Díaz, Emilia Pereira, Catalina Canelo, Narcisa Mellado, Ana María Mateos, Asunción Rubio… Ellos (algunos ya nombrados): Manuel Sanz, Carlos Manzano, Antonio Vivas, Vicente Fernández Reyes, Manuel Morales, Jesús Fernández, Guillermo González, Luciano F. Pajares, Ramón Módenes, Vicente Manzano, Pedro Canelo, Fausto Pérez, Celestino García, Juan Fernández, Jeremías Martínez, Jacinto Fernández, Manuel, Lorenzo, Antonio y Epifanio Fdez. Rguez., Fernando Lancho, Felipe González, Isidoro Llorente, Narciso Canelo, Juan Jesús Casatorre, Maximiano Fernández…
Aun siendo conscientes de omisiones involuntarias, hemos de reconocer que las relaciones precedentes y lo que ellas significan nos impresionan. En un tiempo en que los atractivos para la diversión eran escasos, encontrarse con las musas de la literatura dramática en los austeros salones Alegría, Moderno y Parroquial, dice mucho en favor de aquellos antepasados nuestros. Como apuntaba en el artículo aludido al principio, a la voraz producción teatral autóctona y aficionada se añadían, además, las actuaciones de compañías profesionales venidas de fuera. La de Luis Moreno Carreras y Margarita Carrasco, durante una semana (del 11 al 16) de diciembre de 1928, puso en escena cinco dramas y tres sainetes. Por las ferias de junio de 1929, en el Salón Alegría, la compañía Lemos-Vela llevó al escenario seis dramas y varios entremeses. La troupe Cueto-Salazar, a cuya cabeza estaba Carlos Cueto, ya conocido en la localidad, arrendó el Alegría para dar varias funciones en la feria de 1930. En diciembre del mismo año sería la de Agustín González, actor y director natural de Malpartida, cuyos componentes representaron varias obras con gran éxito.
Quede aquí el testimonio de reconocimiento y admiración hacia las gentes chinatas de hace casi un siglo que vibraron con el arte dramático, unas sobre el escenario y otras desde los asientos del público; unas veces, con las actuaciones de artistas locales aficionados y otras con las compañías profesionales que llegaban de fuera. Pero siempre con la pasión por el teatro.
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* Publicado en El Periódico de Malpartida de Plasencia, enero 2020