El instituto
Colegio Libre Adoptado de
Malpartida de Plasencia
Malpartida de Plasencia cuenta, entre otros, con un edificio de tres plantas (semisótano, baja y principal) de la segunda mitad del siglo pasado conocido como el instituto, cuyos 55 años de edad no han menoscabado su buen aspecto, ni la airosa y robusta fábrica de ladrillo, ni la apropiada ubicación, ni los amplios y luminosos vestíbulos, ni el número de salas (que en su día fueron aulas). Se trata, pues, de un inmueble funcional, apto y útil para fines sociales diversos, que cada cual puede imaginar a su libre albedrío. Fue creado para centro de bachillerato en 1967 y desde hace muchos años ha estado sin uso, prácticamente vacío en las dos plantas principales. La comunidad solo rentabilizaba la parte del semisótano, donde funciona el Centro Infantil Municipal o Guardería ya hace tiempo a satisfacción de los usuarios,.
Sin embargo, tras las
pertinentes obras de adecuación en el año 2021, el ala este ha quedado
convertida en la Jefatura de la Policía Local. Por lo que respecta al ala
oeste, las piquetas y las reformas también llegaron a ella en 2022 para adaptar
esos espacios a un proyecto de la Diputación de Cáceres, cofinanciado por la
Unión Europea a través de FEDER, con vistas a la Economía Baja en Carbono y en
el que colaborarán siete poblaciones del entorno Riberos del Tajo. Tales obras
se hallan terminadas en la primavera de 2023, y el nuevo centro estará en funcionamiento no tardando mucho integrado en la Red Provincial de Centros Circular FAB.*
El
instituto era el Colegio Libre Adoptado (CLA), centro de Enseñanzas Medias para
estudiar el Bachillerato Elemental (cuatro cursos y reválida), dependiente del
Instituto de Enseñanza Media Gabriel y Galán, de Plasencia. Su puesta en marcha
facilitó el acceso a dicho nivel a un buen número de adolescentes que, sin este
centro, no hubieran podido estudiar el bachillerato o habrían tenido que
desplazarse a otra población para ello.
(Parte oeste del CLA, remodelada, y acceso principal del edificio)
Los primeros pasos para
la creación y construcción de un centro para las Enseñanzas Medias en el pueblo
se iniciaron en el pleno de la Corporación del día 29 de enero
de 1964, donde se abordaba el asunto de “Solicitudes de establecimiento de
centros de enseñanza”. El argumentario para defender la creación del instituto
no era más que la constatación, por un lado, de
que numerosos estudiantes de bachillerato tenían que desplazarse a otras
localidades para dichos estudios; y por otro, la existencia de bastantes jóvenes
o niños dotados de inteligencia clara y notoria, los cuales, por falta de
recursos económicos, tenían cerrado el paso a los estudios secundarios o medios.
Por ello, se solicitaría al Ministerio de Educación Nacional un centro filial
del Instituto Gabriel y Galán de Plasencia para el pueblo chinato. Pero,
además, había que pedir un internado para enseñanza primaria, teniendo
en cuenta el elevado índice de analfabetismo de la comarca, sobre todo en los
caseríos y zonas rurales del término municipal. En este caso, el edificio
debería estar capacitado para acoger a unos trescientos escolares. La obra
resultante sería un complejo educativo y residencial no solo para Malpartida de
Plasencia, sino que serviría también para pueblos del entorno comarcal, cuyos
problemas en materia educativa eran similares. Se citaban Toril, Tejeda,
Gargüera, Arroyomolinos, Serradilla, Mirabel, Riolobos, Grimaldo e incluso
Plasencia. Y como no hay dos sin tres, cuando un mes después se trataba el
asunto de ubicaciones y solares, se añadió a la solicitud la creación de un
Centro de Formación Profesional, del que también tenía necesidad la villa.
Instituto, internado y centro de FP: sin duda, el Concejo presidido por
Valentín Paredes Mirón había trazado un ambicioso plan de construcciones
escolares.
Los primeros meses de
1965 ofrecen una realidad más abarcable, y la empresa se centra entonces en la
creación y construcción del Colegio de Segunda Enseñanza o C.L.A., para el que
estaban asegurados de antemano al menos 125 alumnos. El Ayuntamiento solicitó
entonces al Ministerio de Educación Nacional un CLA para 300 puestos escolares,
que sería construido en un solar de 5000 metros cuadrados de la finca El
Carrascal, ubicado entre la calle Albéniz y el Paseo de la Estación (o
carretera de la Mancona, hoy Paseo de Extremadura), y que, a tal fin,
fue adquirido a Joaquín Alcalde García de la Infanta, al precio de 6 pesetas
por metro cuadrado. Junto con los datos técnicos del proyecto, el alcalde envió
al director general de Enseñanzas Medias el presupuesto de las obras por un
importe de 3.893.422 pesetas y la solicitud de la correspondiente ayuda para
construcciones educativas. Los organismos ministeriales aprobaron la propuesta
y confirmaron, en noviembre, la subvención del 90 % (3.504.000 pesetas) y el
10% (389.342 pesetas) como anticipo reintegrable, del que habría de hacerse
cargo el municipio mediante hipoteca con el Banco de Crédito de la
Construcción. Sin embargo, agotado el fondo de ayuda para el Plan de Desarrollo
Económico de 1965, habría que esperar a la distribución de 1966 para recibir la
ayuda concedida, se precisaba en el comunicado oficial.
Los ediles, conscientes de la necesidad de iniciar las clases, estaban dispuestos a que se creara el CLA y comenzar la actividad incluso antes de que el edificio de nueva planta estuviera construido y listo para ser utilizado. De ahí que pusieran a disposición del MEN un inmueble particular en el que podrían impartirse, de forma provisional, las clases desde el curso 1966-1967. Tras considerar tres posibles casas en diferentes ubicaciones (Mirador, Casa Inés y Pozo Alto), y las correspondientes gestiones con la inspección y los organismos ministeriales competentes en el asunto, se abandonó esta vía. Lo más rentable y necesario era, por tanto, ejecutar el proyecto de obras y tener el edificio para iniciar en él las actividades en el curso 1967-1968. Dada la urgencia, y con el consejo y aquiescencia del Ministerio de Educación, no hubo subasta pública. El contratista local Faustino Martín Martín se encargó de levantar el inmueble bajo la dirección técnica del arquitecto Luis Martínez Lebrato. Con algunas semanas de retraso, el CLA de Malpartida de Plasencia comenzó a funcionar en noviembre de 1967 en una nueva edificación. Se había cumplido así una aspiración del pueblo chinato, común a otras muchas poblaciones rurales españolas, como era la de acercar los estudios de bachillerato al lugar de residencia a quienes terminaban la enseñanza primaria.
Las circunstancias, es
decir, en este caso la nueva estructura educativa del país a principios de los
setenta, marcaron un corto recorrido para el CLA, que estuvo en funcionamiento
solo siete cursos, de 1967 a 1974. Las últimas promociones salidas de él lo
fueron en virtud de la prórroga de un plan de estudios ya extinto, el de 1957.
La ley Villar Palasí, con la organización de las enseñanzas no universitarias
en los niveles EGB, BUP y COU, significó el fin de los Colegios Libres
Adoptados. El de este pueblo dejaba sin uso un inmueble prácticamente nuevo, al
que el Ayuntamiento, conocedor desde el momento de la creación del CLA de que
le esperaba una muerte anunciada, comenzó a buscarle, sin mucho éxito, un nuevo
destino. Tal peripecia, entre los años de 1974 a 2021-2022 en los que el
instituto no se utilizó o lo fue muy en precario, la describiremos en otro momento.
(*Un Circular FAB es un espacio abierto de innovación,
ideado por la Diputación de Cáceres para ayudar a las personas y las empresas
de la provincia a incorporarse a la Cuarta Revolución Industrial, poniendo a
disposición de la ciudadanía una serie de actividades, tecnologías y recursos
para inventar su empleo y forma de ganarse la vida).
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