Ilustrísimas Autoridades,
señor alcalde y demás miembros de la Corporación municipal, señor juez de Paz,
paisanos, amigos y familia de Dionisio Clemente Fernández, Hijo Predilecto de
la Villa de Malpartida de Plasencia, buenas tardes:
Cuando el 10 de junio de 2020
me llegó la noticia del fallecimiento de Dionisio Clemente Fernández ( segundo
desgarrón de una primavera que ya nos había dejado otro vacío doloroso con la
muerte del amigo común Vicente Manzano García en el mes de abril), al igual que
había hecho con el amigo artista, actué con el amigo investigador: publicar
unas notas de urgencia, a modo de obituario, expresando, junto a la conmoción
del momento, la convicción de que su muerte significaba una gran pérdida, tanto
para su familia como para el pueblo de Malpartida de Plasencia, porque la
grandeza de una comunidad debe mucho al trabajo callado, constante, minucioso y
lleno de amor hacia ella de personas como Dionisio Clemente Fernández, que
acababa de dejarnos.
Luego, el 29 de octubre, en mi
condición de presidente del Colectivo Cultural Chinato y de cronista, , el instructor del expediente, don Miguel Manzano Pereira, me
encargaba emitir informe sobre la persona, los trabajos y publicaciones que avalaran
el merecimiento del chinato don Dionisio Clemente Fernández, profesor,
investigador y publicista fallecido para recibir, a título póstumo, el
nombramiento honorífico de Hijo Predilecto de Malpartida de Plasencia. Acepté
sin dudarlo, y al compromiso conmigo mismo de llevar a cabo con objetividad la
tarea encomendada, se unía la plena convicción de lo acertado, merecido y justo
de tal reconocimiento por parte de la Corporación Municipal en nombre y
representación del pueblo chinato. Me sentía honrado cumpliendo una parte muy
importante del procedimiento, la cual, he de reconocerlo, no me resultaría muy
dificultosa, conocedor como era desde hace mucho tiempo del devenir personal,
profesional e investigador de Dionisio Clemente y de su valía en todas esas
facetas. De ahí que el trabajo que se me requirió concluyera con estas
palabras:
INFORME FAVORABLE
A LA CONCESIÓN DE TÍTULO HONORÍFICO DE HIJO PREDILECTO DE LA VILLA DE
MALPARTIDA DE PLASENCIA A DON DIONISIO CLEMENTE FERNÁNDEZ,
avalando así la propuesta de la Alcaldía del pueblo natal de nuestro paisano,
quien merece brillar con luz propia para siempre y con el reconocimiento de las
instituciones y las gentes chinatas en los anales de dicha localidad. [Lo
cual, debo anotarlo, fue corroborado por la asociación que presido]
Hoy, en este acto
institucional, donde el pueblo honra a uno de sus hijos para desarrollar
públicamente el acuerdo de pleno leído por el señor alcalde hace un momento,
participo de corazón y daré testimonio como cronista en los anales de 2021. Me
incumbe también glosar brevemente, una vez más y aun a riesgo de repetirme, la
muy ilustre persona de Dionisio Clemente Fernández, Hijo Predilecto del pueblo
de nacimiento y al que tanto tiempo y amor dedicó a lo largo de su vida. De
manera especial, recurriré a otras voces chinatas que perfilaron su poderosa
imagen de hombre bueno, marido y padre ejemplar, profesional docente que deja
huella y trabajador intelectual incansable y apasionado en el campo de la
investigación bibliográfica en archivos y bibliotecas. Será, pues, un
acercamiento coral, compartido, entreverado de voces armónicas de amistad y
admiración. Así, a más de Ana María, me
prestan palabras Charo Serrano, Carlos Canelo, Celestino García, Filomeno Serrano, Faustino Rozalén, Juan Miguel Oliva, Santos Paradés y Antonio Garzón.
Su familia nos dice: Nunca
es un hombre la mera suma de sus obras, y él fue indudablemente mucho más que
eso. Fue maestro de escuela singular, uno de aquellos a los que sus antiguos
alumnos reconocen y paran por la calle, porque guardan el recuerdo de quien les
educó […] enseñándoles a cultivar su capacidad de razonamiento. (Es
decir, añadimos nosotros, un maestro que no solo tuvo alumnos, sino que creó
discípulos, los cuales lo consideraban un buen guía para entrar con paso seguro
en la vida). Marido, padre, y
abuelo, devoto de su familia, de sus amigos, de sus paisanos, y a los que nunca
escatimó tiempo ni esfuerzos cuando lo requerían. Vivió una vida sin necesidad
de lujos ni excesos, acaso con los únicos vicios confesos de gustarle la
cerveza y consentir a sus nietos. Dormía bien por la noche, como duermen los
que lo dan todo durante el día.
Esta caracterización debida a
la esposa, hijos, nietos, se refuerza y corrobora con palabras de los amigos y
paisanos citados:
Estaba educado en el amor, la
solidaridad y el respeto, la dedicación, el esfuerzo y el sacrificio por los
demás, que aprendió al calor del brasero, a la lancha de la lumbre, observando
los nidos, jugando con el aro y el trompo y cogiendo grillos […] Ha sido y
seguirá siendo en la memoria de todos sus paisanos un hombre de buenas
cualidades, un chinato del que nos sentimos muy orgullosos, una persona de
“pro”, como auguraban y deseaban siempre sus padres y abuelos con aquella
expresión “tienes que ser alguien de provecho, hijo”.
O las que inciden en la sencillez,
en la discreción, en la humildad, en el recato y en esa cualidad de “afable
conversador que, sobre todo, sabía escuchar y hablaba con palabras precisas
para emitir opiniones prudentes”.
Testimonios todos coincidentes
en la valoración de la personalidad de Dionisio Clemente y que, para el informe
citado, sintetizábamos en pocas palabras: Signado por la discreción, la
sencillez y la humildad de los sabios, era también un hombre bueno, un cabeza
de familia (esposo y padre) ejemplar y un trabajador incansable. Además, un
enamorado de la patria chica, del terruño, del lugar de la nacencia. Un chinato
de pro, “un chinato que quiso a su pueblo con devoción y del que siempre fue
orgulloso representante”.
No hay fisuras, pues, en la
valoración personal de Dionisio Clemente Fernández, ni en las opiniones aquí
recogidas ni en los incontables testimonios orales que recibimos constantemente
de las gentes del pueblo cuando aparece en las conversaciones el nombre de tan
ilustre paisano. Idéntica y unánime coincidencia se produce a la hora de
afrontar los méritos de Dionisio en lo concerniente a su amor al terruño y a la
tarea continuada de indagar acerca de la historia de Malpartida de
Plasencia. Tenemos escrito que es la
persona que más saber e información ha recabado y difundido o publicado acerca
del pueblo natal y de sus gentes, Malpartida y los chinatos. Ello a través “brillantes
y prolijos trabajos de investigación histórica sobre el municipio, su
toponimia, sus gentes y su habla, su parroquia, etc. Escritos en los
que “ha
revelado los elementos claves de la historia y de la intrahistoria del pueblo”
buceando entre “legajos de polvorientos archivos, con dedicación interminable,
constante y sacrificada, con el mejor espíritu de servicio y generosidad”
(según alguna de las voces que me acompañan). En este sentido, Charo Serrano
califica el trabajo de nuestro hombre, rodeado de libros y estudioso siempre,
como “trabajo de monjes […]describiendo caligrafías antiguas, en legajos
escondidos [cuyas] manos posaron sobre la vieja piel de las portadas”. No
erramos si afirmamos que Dionisio Clemente supera, con creces, la aportación de
algún ilustre antecesor en la tarea de investigación histórica referida al
pueblo natal común. El más lejano en el tiempo y destacado historiador, Fray
Alonso Fernández (personaje, creo, muy querido de Dionisio, muy estudiado por
él y fuente de valiosas aportaciones para sus trabajos), dedicó una parte de su
obra más notable, Historia y anales de la ciudad y obispado de Plasencia, a
la patria chica. Dionisio Clemente Fernández, en cambio, ha empleado todo su
tiempo de investigación (obras, opúsculos, artículos publicados, gran cantidad de escritos inéditos) a buscar,
desentrañar, analizar, divulgar… las historia y la intrahistoria del pueblo
chinato en sus múltiples aspectos y contenidos: los orígenes, el desarrollo
secular, sus peculiaridades lingüísticas y socioculturales, los medios de subsistencia, los monumentos,
las personas ilustres, la aventura del Descubrimiento con la colonización y
evangelización, las minorías, el aspecto religioso (cofradías, ritos,
festividades…), los árboles genealógicos familiares a través del estudio de los
patronímicos (usuales o extraños) del
lugar, etc. Nada de lo nuestro ha escapado a la curiosidad de Dionisio Clemente.
Su actividad de investigador
consagrado como un monje moderno que se retiraba a su convento-despacho para el estudio; la
alta capacidad intelectual para labrarse un porvenir desde orígenes humildes y
además para dedicar tiempo a la pasión investigadora con un objetivo muy
concreto: Malpartida y sus gentes, es decir,
la idiosincrasia chinata; el talante humano sobresaliente, la humildad
engrandecedora, la afabilidad cercana, la capacidad intelectual y de trabajo
inconmensurables, el amor por Malpartida, donde él reposa igual que sus padres,
y la entrega desinteresada a los demás… Todo ello nos lo configura
como un ejemplo de vida (callado, discreto, humilde, generoso, trabajador). Es un
orgullo para todos los chinatos tener entre nosotros a un hombre de semejante
categoría humana e intelectual, que ha dejado en nuestro pueblo una huella
imperecedera.
En consecuencia, con lo
expuesto y reiterado, tampoco hay voces discrepantes a lo que hoy celebramos:
que Dionisio Clemente Fernández es Hijo Predilecto de nuestro pueblo, y, por
ello, sentimos el orgullo de considerarlo no solo paisano y amigo, sino un
hermano del que todos presumimos por el brillo de su luz.
Para concluir, y haciendo mío
el simbolismo de la luz, quiero aplicarle a Dionisio algunos rasgos de los que Antonio Machado atribuía a su querido maestro
don Francisco Giner de los Ríos cuando este venerado pedagogo y pensador murió:
Y hacia otra luz más pura
partió el hermano de la luz del alba,
del sol de los talleres,
el viejo alegre de la vida santa.
Era sencillo, austero hasta la santidad, amigo de las proporciones justas y de las medidas cabales. Era un místico, pero no contemplativo y extático, sino laborioso y activo. […] Su alma vendrá a nosotros en el sol matinal que alumbra los talleres, las moradas del pensamiento y del trabajo.
Me sería difícil encontrar
palabras tan acertadas para Dionisio como estas del poeta sevillano. Una
especie de santo laico, laborioso y activo. Así era nuestro humilde e ilustre
paisano. Bien harán los historiadores chinatos de ahora y los del futuro, es
decir, las nuevas generaciones que se acerquen al legado de Dionisio Clemente,
en estudiarlo, sistematizarlo, continuarlo… Tienen la suerte de encontrar un
camino abierto, de largo y firme recorrido, que debe ser continuado y publicado
contando con el patrocinio de las instituciones locales, provinciales y
regionales. Es un deber que tenemos contraído con Dionisio Clemente
Fernández, quien con todo merecimiento se incorpora a la lista de Hijos
Predilectos de Malpartida de Plasencia, su pueblo y el nuestro
No me queda sino, desde el
dolor de la pérdida compartido con ellos, felicitar a los seres más queridos de
Dionisio aquí presentes por este honor que recibe, aunque sea a título póstumo, y que ha de
llenarles de orgullo y satisfacción.
Muchas gracias.
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